lunes, 7 de febrero de 2011

Agua

(...)Tener tiempo, tal vez, para desenredar eso que decir como si fuera una larguìsima lengua de seda celeste que envuelve el cuerpo e ir atrayèndola despacio, y verla estirarse, desovillarse con el girar lento del cuerpo del otro y enrulando el aire que la rodea, helicoide doble y etèrea, la palabra y el aire. 
Decir sin decir, como si fuera intuitiva la comunicaciòn.
A veces desconfìo de las palabras. Me parece que tambièn se disfrazan, me parecen islas que emergen, y yo quiero hablar del mar. Yo quiero hablar del agua, del fondo, de lo que subyace, lo que conecta, del vaivèn musical de los peces en las entrañas del ocèano inmenso


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