domingo, 27 de noviembre de 2011

Bajar de noche, buscando el río.
El agua que corre como referencia.
Navegar por Granada de la mano,
entre la piedra y la palabra.
Detrás, los palacios:
los azahares abiertos de noches remotas,
naranjas color naranja
Delante, el camino:
Detalle de los azulejos de los Palacios Nazaríes
-y su luz en ese preci(o)so momento-
La Alhambra, Granada. Marzo de 2011
el azar abierto de días próximos,
los soles y sus edades

martes, 15 de noviembre de 2011

Artículos de lujo



Las ciudades prometen  trabajo, prosperidad, un porvenir para los hijos. En los campos, los esperadores miran pasar la vida, y mueren bostezando; en las ciudades, la vida ocurre, y llama.
Hacinados en tugurios, lo primero que descubren los recién llegados es que el trabajo falta y los
brazos sobran, que nada es gratis y que los más caros artículos de lujo son el aire y el silencio.

Eduardo Galeano, "Patas arriba. La escuela del mundo al revés"
















Quino

sábado, 5 de noviembre de 2011

Travesías

Una muy querida amiga me señalaba una vez que la palabra journey, del inglés, le agradaba particularmente porque podía implicar tan certeramente un viaje literal como uno metafórico, significante...


A todos los jóvenes con talento que van por ahí convencidos de que no tienen nada que hacer en el mundo, yo les diría: «Deja de intentar escribir y en cambio intenta no escribir. Sal al mundo, hazte pirata, rey en Borneo u obrero en la Rusia soviética; búscate una existencia en que la satisfacción de necesidades físicas elementales ocupe todas tus energías».(...) Creo que, al cabo de unos años de vivir así, el ex intelectual encontrará que, a pesar de sus esfuerzos, ya no puede contener el afán de escribir, y cuando llegue ese momento, lo que escriba ya no le parecerá tan fútil.

Bertrand Russell, “La conquista de la felicidad”



Apenas reflexionamos, meditamos y conceptuamos, la inconsciencia original se pierde y se interpone un pensamiento. Ya no comemos cuando estamos comiendo ni dormimos cuando estamos durmiendo. La flecha se desprende de la cuerda pero no se dirige rectamente hacia el blanco ni el blanco permanece donde está.  
El cálculo, que es por naturaleza erróneo, interviene, y toda la experiencia de la arquería misma toma el camino equivocado. La mente confusa del arquero se traiciona a  sí misma en todo sentido y en todos los planos de su actividad. 
El hombre es una flecha pensante pero sus más grandes obras sólo las realiza cuando no 
está pensando o calculando.
El arco y la flecha no son sino un mero pretexto para alcanzar algo que podría igualmente suceder sin ellos; son sólo el camino hacia una meta y no la meta misma; ayudan a lo sumo a dar el último paso, el  decisivo. 

Eugene Herrigel, en la introducción a  "el Zen y el arte de los arqueros japoneses"




Hay quien se pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura, se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río, si están allí es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es lo que importa. 

José Saramago,  "La caverna"