jueves, 30 de diciembre de 2010

Sisifitos



A pesar de todo, el corazón late, la mano se tiende, nuevos proyectos nacen y me impulsan adelante. Los sabios han querido ver en ese empecinamiento el signo de la irremediable locura de los hombres: pero una perversión tan esencial, ¿puede ser aún llamada perversión? 


 Simone de Beauvoir

martes, 21 de diciembre de 2010

Decisión

Entre sí y no, qué infinita rosa de los vientos.

Rosa de los vientos en A Coruña.
Fotografía de Manuel López Castro

















Julio Cortázar, Historias de Cronopios y de Famas

viernes, 10 de diciembre de 2010

Huellas

Una pareja venía caminando por la sabana, en el oriente del África, mientras nacía la estación de las lluvias. Aquella mujer y aquel hombre todavía se parecían bastante a los monos, la verdad sea dicha, aunque ya andaban erguidos y no tenían rabo.
Un volcán cercano, ahora llamado Sadiman, estaba echando cenizas por la boca. El cenizal guardó los pasos de la pareja, desde aquel tiempo, a través de todos los tiempos. Bajo el manto gris han quedado, intactas, las huellas. Y esos pies nos dicen, ahora, que aquella Eva y aquel Adán venían caminando juntos, cuando a cierta altura ella se detuvo, se desvió y caminó unos pasos por su cuenta. Después, volvió al camino compartido.
Las huellas humanas más antiguas han dejado la marca de una duda.
Algunos añitos han pasado. La duda sigue.


Eduardo Galeano, Bocas del tiempo

martes, 7 de diciembre de 2010

Hay otros mundos, pero están en éste.


Paul Éluard 

La Creación

"El ciclo vital del hombre corriendo hacia la muerte llevaría inevitablemente a todo lo humano a la ruina y la destrucción si no fuera por la facultad de interrumpirlo y empezar algo nuevo, una facultad que es inherente a la acción como un permanente recordatorio de que los hombres, aunque deban morir, no han nacido para morir sino para COMENZAR”(The human condition, de Hannah Arendt)
(... )
La amibigua lección de la vida transformada simbólicamente en espíritu no niega que procedemos del Caos ni que hasta el final deberemos debatirnos contra él, que siempre prevalece; pero también afirma, ingenua y triunfal, que nuestra misión, pese a todo, es dar a luz.

La vida eterna, Fernando Savater