sábado, 12 de diciembre de 2009

El Aleph

En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta años vi en el zaguán de una casa en Frey Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer de pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemont Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa en Bengala, vi mi dormitorio sin nadie, vi en un gabinete de Alkmaar un globo terráqueo entre dos espejos que lo multiplicaban sin fin, vi caballos de crin arremolinada, en una playa del Mar Caspio en el alba, vi la delicada osadura de una mano, vi a los sobrevivientes de una batalla, enviando tarjetas postales, vi en un escaparate de Mirzapur una baraja española, vi las sombras oblicuas de unos helechos en el suelo de un invernáculo, vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.



Fragmento "El Aleph", J. L. Borges

miércoles, 25 de noviembre de 2009

domingo, 27 de septiembre de 2009

Un sueño cumplido

Si todavía se pudieran escribir poemas narrativos, esto seria un poema. Por mi parte, apenas si alcanzo a recordar nostálgicamente algunos de los que llenaron de sonidos, de furia y de lágrimas mi remota niñez. El vértigo, por ejemplo, de don Gaspar Núñez de Arce, que usted no conoce, entendiendo por usted a ese señor que me habla de literatura en el café de una plaza de Mallorca. Era un poema en décimas, forma métrica nada fácil y que don Gaspar esgrimía con soltura digna de buena prosa (dicho sin la menor ironía). Yo que nunca supe poemar de memoria, ni siquiera los míos que sin embargo me parecen secretamente memorables, recuerdo el comienzo:

Guarnecido de una ria
la entrada incierta y angosta,
sobre un peñón de la costa
que bate el mar noche y día,
se alza gigante y sombría
ancha torre secular
que un rey mandó edificar
a manera de atalaya
para defender la playa
contra los riesgos del mar

En mi vida sería yo capaz de mandarme (así decimos los argentinos) un poema capar de narrar algo de manera tan perfectamente justa, económica y a la vez bella. Porque don Gaspar sigue asì durante sesenta o setenta dècimas, lo que no es fàcil. Mire usted ecològicamente esta situaciòn de la ancha torre secular:

Cuando viento borrascoso
sus almenas no conmueve,
no turba el rumor màs leve
la majestad del coloso.
Queda en profundo reposo
largas horas sumergido,
y sòlo se escucha el ruido
que los aires azota
alguna blanca gaviota
que tiene en la peña el nido

Azotar el aire con un ruido de alas...¿no es admirable?: Los estamos escuchando todavía, y ya don Gaspar nos depara un brusco cambio que preludia el drama que tendrà por escenario la torre:

Mas cuando en recia batalla
el mar rebramado choca
contra la empinada roca
que allì le sirve de valla;
cuando en la enhiesta muralla
ruge el volcàn violento,
entonces, firme en su asiento
el castillo desafìa
la salvaje sinfonìa
de las olas y del viento

Despuès de algo asì, y como dicen los entendidos en tauromaquia cuando han asistido a una faena memorable, ya nos podemos ir. Yo tambièn, pero sin olvida nada; la prueba es que en vìsperas de mis sesenta y cinco me acuerdo todavìa de esas dècimas leìdas en alguno de los tomos de El tesoro de la juventud, allà en mi infancia en Banfield, provincia de Buenos Aires.
Y si ahora las rememoro en una costa mallorquina digna del castillo de don Gaspar, es porque todo se ha vuelto de nuevo infancia desde ayer por la tarde, a partir del instante en que me fue dado ver, desde el mirador del archiduque Luis Salvador cerca de Deyà, el rayo verde.

Soy incapaz de saber en què orden leì de niño una cierta novela de Julio Verne y el poema de don Gaspar; ambas cosas coexisten en la memoria y acuden juntas a esta màquina de escribir, hoy en que me hubiera gustado hablar del rayo verde como don Gaspar de su torreòn batido por el mar y la desgracia, ver nacer de mis manos tecleadoras un poema narratuvo que contuviera toda la maravilla por fin realizada ayer de tarde. Porque El rayo verde, novela poco leìda de mi maestro y tocayo, me contò a los nueve años que si miramos ponerse el sol en un horizonte marino, si el cielo es diàfano y si a ùltimo minuto no se cruza una vela de barco, una bandada de pàjaros o una nubecita caprichosa, con el ùltimo segmento de rojo hundièndose en la linea del azul veremos surgir un instantàneo y prodigioso rayo verde.
Yo vivìa muy lejos del mar, y el sol de mi infancia se ponìa entre alambrados, casas de ladrillo y sauces llorones. Subido a la azotea de mi casa esperè ingenuamente el milagro del rayo verde, y sòlo vi flacas antenas de radio; cundo veinte años despuès empecè a cruzar el Atlàntico y el Pacìfico, muchos atardeceres me vieron acechar algo que nunca se realizò aunque las codiciones parecieran impecables; y como ocurre en la mal llamada madurez, perdì la fe en el rayo verde y en el visionario que me lo habìa descrito y de alguna manera prometido.
Ayer, desde el mirador del archiduque Luis Salvador, mirè una vez màs hundirse el sol en el mar. Un amigo mencionò el rayo verde, y me doliò por adelantado que los niños presentes lo esperaran con la misma ansiedad con que yo lo habìa deseado en mi absurdo horizonte suburbano; ahora serìa peor, ahora las condiciones estaban dadas y no habrìa rayo verde, los padres justificarìan de cualquier manera el fiasco para consolar a los pequeños; la vida -asì la llaman- marcarìa otro punto en su camino hacia el conformismo. Del sol quedaba un ùltimo, fràgil segmento anaranjado. Lo vimos desaparecer detràs del perfecto borde del mar, envuelto en un halo que durarìa algunos minutos. Y entonces surgiò el rayo verde; no era un rayo sino un fulgor, una chispa instantànea en un punto como de fusiòn alquìmica, de soluciòn heracliteana de elementos. Era una chispa intensamente verde, era un rayo verde aunque no fuera un rayo, era el rayo verde, era Julio Verne murmuràndome al oìdo "¿Lo viste al fin, gran tonto?".
Un poeta romàntico hubiera escrito esto mucho mejor, don Gaspar o Shelley. Ellos vivìan en sueño diurno, y lo realizaban en sus poemas. La flor azul de Novalis, la urna griega de John Keats, el perfil de los dioses de Hölderlin. Mi rayo verde se vuelve a la nada en el mismo instante en que lo digo; pero era èl, era tan verde, era por fin mi rayo verde. De alguna manera supe ayer que mucho de lo que defiendo y que otros creen quimèrico, està ahì en un horizonte de tiempo futuro, y que otros ojos lo veràn tambièn un dìa

Julio Cortàzar, en Papeles inesperados

martes, 15 de septiembre de 2009

Saber mirar

Pájaros prohibidos



Por increíble que parezca, la principal cárcel de la dictadura militar uruguaya, se llamaba Libertad. Y por increíble que parezca, estaba prohibido en esa cárcel llamada Libertad, que los presos dibujaran o recibieran dibujos de mariposas, estrellas, parejas y pájaros.
Uno de los presos, Didaskó Pérez, maestro de escuela, preso por tener, como dijo el oficial que lo detuvo…preso por tener “ideas ideológicas”, recibió un domingo la visita de su hija Milay de cinco años. La hija le trajo un dibujo de pájaros.
Como los pájaros estaban prohibidos, la censura se lo rompió; los censores rompieron el dibujo a la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente Milay trajo un dibujo de árboles… como los árboles no estaban prohibidos… el dibujo, pasó. Y el padre le preguntó:
-Esas frutas, esas frutas de colores que hay… ¿Qué son?, ¿Naranjas, limones, manzanas?, ¿Qué son?.
Y la niña lo hizo callar:
-Shhh, bobo, ¿No vés que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.




Eduardo Galeano







(Y a veces la tristeza quita las naranjas de los àrboles; censor feroz.

Por suerte uno sabe que las naranjas, los peces y las alegrìas siempre encuentran por donde colarse... Sòlo hay que saber mirar)

viernes, 28 de agosto de 2009

Sí se olvida, dijo enfadada, mientras se levantaba por tercera vez del barro. Dolorida, volvió a subirse a la bicicleta.
Y fue entonces, cuando ya le daban igual la mojadura, el frío, el cansancio, la frustración y el miedo a volver a caerse, cuando empezó a disfrutar del paseo.
La vi perderse cuesta abajo, bajo la lluvia. Iba sonriendo y empapada.

Berna Wang


http://lamiradaoblicua.bitako.com/
http://www.adamaramada.org/libro.php?alcora04

martes, 21 de julio de 2009

viernes, 17 de julio de 2009



El sol es siempre uno nuevo: a la noche baja la luna, despacito, y agarra uno de esos. Lo esconde (por eso siempre se ve un lado solo de la luna: el otro lo usa para esconder soles y otras cosas) hasta que se cansa y lo pone en el cielo. Por eso en Andalucía son tan lindos los atardeceres: es la alegrìa que siente el sol porque sabe que, con la noche, vuelve a la tierra desde la que saliò, no?...dale, te descubrì!

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viernes, 10 de julio de 2009

Saltos

"-Quién sabe –dijo la Maga-. A mí me parece que los peces ya no quieren salir de la pecera, casi nunca tocan el vidrio con la nariz"


Capítulo 25 de Rayuela, Julio Cortázar

jueves, 2 de julio de 2009

Quiènsabe...

Pero, quizás, un día,

antes de que la tierra se canse de atraernos

y brindarnos su seno,

el cerebro les sirva para sentirse humanos,

ser hombres,

ser mujeres,

-no cajas de caudales,

ni perchas desoladas-,

someter a las ruedas,

impedir que nos maten,

comprobar que la vida se arranca y despedaza

los chalecos de fuerza de todos los sistemas;

y descubrir, de nuevo, que todas las riquezas

se encuentran en nosotros y no bajo la tierra.



"Lo que esperamos", fragmento

Oliverio Girondo

miércoles, 24 de junio de 2009


Encontrarme con vos
(Encontrar-me con vos
Encontrar-me con voz)
es escucharme


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jueves, 11 de junio de 2009


El calor tambien es una huella
intangible
exigua
volátil
amorfa
de aire;
Como la sombra, huella;
atestigua que estuvimos
un ratito
toda una vida
hace unos segundos
allì donde no estaremos
sombra que no se repite
calor que no se renueva
y sin embargo es,

sin embargo
somos
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jueves, 4 de junio de 2009

La señal

Se abre la luz
y dentro hay flores

(siento el golpe, el roce de los cuerpos;
la luz lame los bordes de las cosas,
los traspasa como el agua:
se deshace en los pètalos dormidos
se diluye en la tierra negra
y hay una oscuridad que no fallece
sino que transmuta
-pero antes, antes:
la luz es una serpiente blanca
y la tiniebla una negra,
y se trenzan, se enrulan
se espiralan
se chocan
se entregan
se fusionan
panza con panza
abrazo sin manos
entramandose
se pierden
se rehacen-)


Hay que abrir la luz
para que crezcan las ventanas




"Había comunicado a mis nuevos vecinos que me instalaba poniendo una maceta en la ventana, aunque la casa estuviera en proceso de reparación de la ruina"




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jueves, 28 de mayo de 2009



Herida la tela
por una gato con garras
mojadas de oro.
La roca mira
inmutable
la danza del tiempo
desenredándose en colores
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miércoles, 20 de mayo de 2009

Meta

No corras
Ve despacio.    
Que adonde tienes que ir
es a ti mismo





Juan Ramón Jiménez

jueves, 7 de mayo de 2009

sábado, 2 de mayo de 2009

Rituales (Verdequetequieroverde)


El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca.Pero no es una bebida.
En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.
El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es 'hola' y la segunda: '¿unos mates?'.
Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan.
Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara. Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.
Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.
Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: '¿Dulce o amargo?'. El otro responde:'Como tomes vos'.
Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba.
La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie.
Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma.
El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena, es querible la compañia. Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!'. Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente, '¿está caliente, no?'. Es la modestia de quien ceba el mejor mate. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir 'gracias', al menos una vez al día. Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.



Hernan Casiari








Estudiabamos, o hacìamos el intento. Bah, ella estudiaba, yo la ayudaba a resumir. "Historia de los medios" un sàbado a las 8 de la noche, a quièn se le ocurre?.
El mate estaba ahì, como los libros, como nosotras.
Yo cebaba y se lo pasaba. Ella tomaba, cebaba (la cabeza siempre metida en los libros, "la primera gacetilla de Buenos Aires tuvo su primera publicaciòn en...a quièn le importa esto, me querès decir???"), y me lo daba.
"Hey!, creamos el mate solidario!", le dije. Y sonriò.
Cosas que pasan.



Ir


“ No pida garantías. Y no espere a ser salvado por alguna cosa, persona, máquina o biblioteca. Realice su propia labor salvadora, y si se ahoga, muera por lo menos, sabiendo que se dirigía a la playa"




Ray Bradbury, Farenheit 451

viernes, 1 de mayo de 2009

Destino

Azahar con h es la flor del naranjo. Sin h es el destino, la carambola, la chiripa.
Por favor, devuelvannos la h.


Mario Benedetti

Los patos


¿Por qué los patos vuelan en V? El primero que levanta vuelo abre camino al segundo, que despeja el aire al tercero, y la energía del tercero alza al cuarto, que ayuda al quinto, y el impulso del quinto empuja al sexto, y así, prestándose fuerza en el vuelo compartido, van los muchos patos subiendo y navegando, juntos, en el alto cielo.
Cuando se cansa el pato que hace punta, baja a la cola de la bandada y deja su lugar a otro pato. Todos se van turnando, atrás y adelante, y ninguno se cree superpato por volar adelante, ni subpato por marchar atrás.
Y cuando algún pato, exhausto, se queda en el camino, dos patos se salen del grupo y lo acompañan y esperan, hasta que se recupera o cae.
Juan Díaz Bordenave no es patólogo, pero en su larga vida ha visto mucho vuelo. El sigue creyendo, contra toda evidencia, que los patos unidos jamás serán vencidos.


Eduardo Galeano



V V V

Una tienda de campaña
Una montaña
Un valle
Un árbol
Dos hileras de árboles
Un vaso
Dos deditos,,, caminando,,
Una pirámide
Un cucurucho (sin helado)
Un gorro (mejor de mago)
La unidad (1)
Una boca abierta , bostezando,,,
o no bostezando,,,
una letra,,,
una bandada de patos,,,
UN SIMBOLO,,,

lunes, 27 de abril de 2009

Ciclo

SONETO


Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado


Francisco Luis Bernardez.


jueves, 23 de abril de 2009


Paso la mano y rompo el aire. El velo azul de la niebla se me deshace entre los dedos que pasan como cuchillas filosísimas y abren los hilos, deshilachan el aire que queda ondeando, saludándose con gracia de orilla a orilla
Huele a frío
Huele a frío y a eucaliptus.
Huele a frío, a eucaliptus y a tierra húmeda de rocío, a viento mojado y a humus y a bicho bolita y a hoja que cae, a mañana y a silencio.
Invadimos la tierra de los gigantes que duermen velados por la niebla (aliento de dragòn dormido, humo de pociones mágicas –incienso, madera y mirra-).
Un pie delante del otro, despacio, para no despertar a nadie. Para no despertarnos.
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miércoles, 22 de abril de 2009

Para escuchar con audífonos



Me fascina que la mujer que está a mi lado escuche discos con audífonos, que su rostro refleje sin que ella lo sepa todo lo que está sucediendo en esa pequeña noche interior, en esa intimidad total de la música y sus oídos. Si también yo estoy escuchando, las reacciones que veo en su boca o sus ojos son explicables, pero cuando sólo ella lo hace hay algo de fascinante en esos pasajes, esas transformaciones instantáneas de la explosión, esos leves gestos de las manos que convierten ritmos y sonidos en movimientos gestuales, música en teatro, melodía en escultura animada. Por momentos me olvido de la realidad, y los audifonos en su cabeza me parecen los electrodos de un nuevo Frankenstein llevando la chispa vital a una imagen de cera; animándola poco a poco, haciéndola salir de la inmovilidad con que creemos escuchar la música y que no es tal para un observador exterior. Ese rostro de mujer se vuelve una luna reflejando la luz ajena, luz cambiante que hace pasar por sus valles y sus colinas un incesante juego de matices, de velos, de ligeras sonrisas o de breves lluvias de tristeza. Luna de la música, última consecuencia erótica de un remoto, complejo proceso casi inconcebible.



(fragmento)


Julio Cortázar

martes, 21 de abril de 2009

Sólo mientras tanto


Vuelves, día de siempre,
rompiendo el aire justamente
donde el aire había crecido como muros.

Pero nos iluminas brutalmente
y en la sencilla náusea de tu claridad
sabemos cuándo se nos caerán
los ojos,el corazón, la piel de los recuerdos.



Claro, mientras tanto hay oraciones,
hay pétalos, hay ríos,
hay la ternura como un viento húmedo.

Sólo mientras tanto.


Mario Benedetti

martes, 14 de abril de 2009

ITACA

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.


No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.