lunes, 29 de noviembre de 2010

Resistir

La vida es abierta por naturaleza, aun en quienes la barrera que han levantado en torno a lo propio pareciera ser más oscura que una mazmorra. El latido de la vida exige un intersticio, apenas el espacio que necesita un latido para seguir viviendo, y a través de él puede colarse la plenitud de un encuentro, como las grandes mareas pueden filtrarse aun en las represas más fortificadas.


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Qué admirable es a pesar de todo el ser humano, esa cosa tan pequeña y transitoria, tan reiteradamente aplastada por terremotos y guerras, tan cruelmente puesta a prueba por los incendios y naufragios y pestes y muertes de hijos y padres. Sí, tengo una esperanza demencial, ligada, paradójicamente, a nuestra actual pobreza existencial, y al deseo, que descubro en muchas miradas, de que algo grande pueda consagrarnos a cuidar afanosamente la tierra en la que vivimos.


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Creo en los cafés, en el diálogo, creo en la dignidad de la persona, en la libertad. Siento nostalgia, casi ansiedad de un Infinito, pero humano, a nuestra medida


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Cuando somos sensibles, cuando nuestros poros no están cubiertos de las implacables capas, la cercanía con la presencia humana nos sacude, nos alienta, comprendemos que es el otro el que siempre nos salva. Y si hemos llegado a la edad que tenemos es porque otros nos han ido salvando la vida, incesantemente.


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"La resistencia", Ernesto Sábato

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Supersticiones

¿Y si yo te dijera que lo "irrestible" no es más que una superstición inventada por los que le tienen miedo a la libertad?


Ética para Amador, Fernando Savater
Fotografía de Chema Madoz





viernes, 5 de noviembre de 2010

Baraka



La palabra baraka o barakah (بركة) es de origen Sufí, y puede traducirse como "aliento de vida", "bendiciòn".
Baraka es, para los musulmanes, la gracia que irradia un ser, lugar o cosa santa.

Yo pienso en el aire que Miguel Angel teje entre la figura de Dios y de Adán en una cúpula romana, por ejemplo.
O en cada segundo, mirado con atención (y el poema "Las causas" de Borges en la mano).
Y en los hilos invisibles de la trama.
Y en que debe ser algo asì como la fusiòn de la maravilla y el espanto de que està hecha la vida toda


(los subtitulos y la voz pertenecen sòlo al trailer, en el documental no hay diálogo alguno)

Sombras


 Parafina derretida,
alquitrán de ausencias,
como si el mundo se rompiera en binomio de colores,
como si reptaran los secretos,
como si la noche sòlo fuera la suma.
Se desparraman,
se cuelan por las hendijas
del suelo,
de la luz,
hacia otros huecos
hondos,
concentrados,
epicèntricos,
donde todas las otras sombras
van a morir,
o a encontrarse con sì mismas

.,.,.,

jueves, 4 de noviembre de 2010

Como una magnolia

La tarea de ablandar el ladrillo todos los días, la tarea de abrirse paso en la masa 
pegajosa que se proclama mundo, cada mañana topar con el paralelepípedo de nombre repugnante, con la satisfacción perruna de que todo esté en su sitio, la misma mujer al lado, los mismos zapatos, el mismo sabor de la misma pasta dentrífica, la misma tristeza de las casas de enfrente, del sucio tablero de ventanas de tiempo con su letrero Hotel de Belgique.
Meter la cabeza como un toro desganado contra la masa transparente en cuyo centro tomamos café con leche y abrimos el diario para saber lo que ocurrió en cualquiera de los rincones del ladrillo de cristal. Negarse a que el acto delicado de girar el picaporte, ese acto por el cual todo podria transformarse, se cumpla con la fría eficacia de un reflejo cotidiano. Hasta luego, querida. Que te vaya bien.
Apretar una cucharita entre los dedos y sentir su latido de metal, su advertencia sospechosa. Cómo duele negar una cucharita, negar una puerta, negar todo lo que el hábito lame hasta darle suavidad satisfactoria. Tanto más simple aceptar la fácil solicitud de la cuchara, emplearla para revolver el café.
Y no que esté mal si las cosas nos encuentran otra vez cada dia y son las mismas. Que a nuestro lado haya la misma mujer, el mismo reloj, y que la novela abierta sobre la mesa eche a andar otra vez en la bicicleta de nuestros anteojos, ¿por que estaría mal? Pero como un toro triste hay que agachar la cabeza, del centro del ladrillo de cristal empujar hacia afuera, hacia lo otro tan cerca de nosotros, inasible como el picador tan cerca del toro.
Castigarse los ojos mirando eso que anda por el cielo y aceptar taimadamente su nombre de nube, su replica catalogada en la memoria. No creas que el teléfono va a darte los números que buscas. ¿Por que te los daria? Solamente vendra lo que tienes preparado y resuelto, el triste reflejo de tu esperanza, ese mono que se rasca sobre una mesa y timbla de frío. Rómpele la cabeza a ese mono, corre desde el centro hacia la pared y ábrete paso. 
Oh cómo cantan en le piso de arriba! Hay un piso arriba en esta casa, con otras gentes. Hay un piso de arriba donde vive gente que no sospecha su piso de abajo, y estamos todos en el ladrillo de cristal. Y si de pronto una polilla se para al borde de  un lápiz y late como un fuego ceniciento, mírala, yo la estoy mirando, estoy palpando su corazón pequeñísimo, y la oigo, esa polilla resuena en la pasta de cristal congelado, no todo está perdido.

Cuando abra la puerta y me asome la la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las cosas ya sabidas, no el hotel de enfrente: la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mi como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina.     








"La tarea de ablandar el ladrillo", Julio Cortázar, Historias de Cronopios y Famas 

martes, 2 de noviembre de 2010

Magia



El día antes de que me fuera, la abuela vino a dormir a nuestra casa.

Cada mañana ponía jazmines en su corpiño, para oler bien.
Cuando se lo quitò, las flores cayeron de sus senos.

Era mágico.

-Abuela, cómo es que tus senos lucen tan jóvenes?
-Los sumerjo en un recipiente con agua helada por 10 minutos todos los días

-Te voy a extrañar
-Yo vendré a verte

-Escucha...no me gusta sermonear, pero te daré un consejo:
Conocerás muchos idiotas en la vida. Si te hieren, recuerda que es porque son estúpidos.
No reacciones a su crueldad. No hay nada peor que la amargura y la venganza
Mantén tu dignidad y sé fiel a ti misma.


Persépolis, de Marjane Satrapi

http://www.alnortedelnorte.com/post/persepolis-de-marjane-satrapi/



El fragmento precedente fue traducido del guión en inglès por uno de los autores del blog que no maneja el francès -idioma original de la pelìcula- y el inglés, a duras penas. 
Cualquier amable correciòn es bienvenida. 
Las vulgares tambièn, pero con menos agrado y un potencial plagio descarado.