jueves, 8 de diciembre de 2011

El otro yo

El del los alter ego es un tema muy tratado en la literatura en general. 
Nada nuevo traigo, es cierto, excepto que, como otras veces, hay momentos en que todos esos retazos que he leído o me han comentado respecto de un tema particular hicieran cita en mi sin que yo me de por enterada del todo, y así va una a atarse los cordones desprevenida y se encuentra con todas esas palabras de otro(s yo?ojalá!) mirándola con la curiosidad con que un niño mira una hormiga. Y se asombra, claro, porque una es muy distraída y no se había dado cuenta de que todas esas cosas eran lo mismo
Así que lo nuevo es que me sucede a mi, que después de todo no es algo que alguien más pueda decir en la historia de la humanidad en el mismo sentido en que yo lo digo...a menos que sea uno de mis otros yo, claro.


Una muy querida amiga les dice "sincronicidad" a estos momentos en que pareciera que todo nos hablara de un mismo tema. Yo los llamo coincidencias (soy muy poco original, a veces) o "convergencias". Incluso me siento crisol, de vez en cuando (un crisol muy risueño de serlo, eso sí), en que todos esos momentos se funden y exhalan sus vapores escenciales, que no es más que uno, el mismo. Siempre el mismo.
Como si fuera, de un tiempo a esta parte, época de decantación (como si existiera semajante cosa, primero, claro)
Así, un martes cualquiera me doy cuenta de que el de los alter ego es un tema que se me ha cruzado varias veces en el camino aunque con diferentes colores:


Lo aborda con tierna simpleza Benedetti en "El otro yo"


Borges en "Borges y yo"


Poe en "William Wilson"


el paradigmático y "Extraño caso del Dr. Jekyll  y Mr Hyde" de Stevenson


y "El doble" de Dostoievsky


Serrat y Tarrés lo cantan un poco


lo toca Dolina, con el histrionismo de siempre, en su cuento "Novia"


En diferentes sentidos, es cierto, pero aún así.
Incluso puede verse sin mucho esfuerzo (aunque sí es necesario llevar bajo el brazo alguna bonachona holgura conceptual) en infinidad de textos de Cortázar, tan hábil para traspasar en cualquier ochava las fronteras de la identidad hacia cualquier territorio; tan presto a preguntarla (pienso en "los amantes", curiosamente, aunque no es su texto más obvio en este aspecto, pero lo mismo pienso en eso), y tan de tantas maneras


Desdoblamiento, coexistencia, intercomunicación o soledad compartida...depende del caso
Polaridad, podríamos pensar (y mi amiga vendría a decirme que no existen los contrarios sino los complementarios, y yo pensaría en una soga con sus dos extremos y en todo lo que hemos hablado del tema desde tantos costados, y entendería lo que me dice y asentiría un poco). 


El tema del alter ego como una textualización (existe esa palabra?) de esa "vocecita interna" de la que tanto se habla, y la pregunta inevitable, la que esboza Borges magistralmente al final de "Borges y yo":
"No sé cuál de los dos escribe esta página"


Cuál de los dos?
Cuál de todos?
O todos?
Y a qué responde en todo caso la multiplicación, el desdoblamiento, la escisión (e inevitablemente, de nuevo: es natural?)?


Y, sobre todo...qué tienen en común todos los que soy?















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