jueves, 2 de julio de 2009

Quiènsabe...

Pero, quizás, un día,

antes de que la tierra se canse de atraernos

y brindarnos su seno,

el cerebro les sirva para sentirse humanos,

ser hombres,

ser mujeres,

-no cajas de caudales,

ni perchas desoladas-,

someter a las ruedas,

impedir que nos maten,

comprobar que la vida se arranca y despedaza

los chalecos de fuerza de todos los sistemas;

y descubrir, de nuevo, que todas las riquezas

se encuentran en nosotros y no bajo la tierra.



"Lo que esperamos", fragmento

Oliverio Girondo

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