domingo, 27 de noviembre de 2011

Bajar de noche, buscando el río.
El agua que corre como referencia.
Navegar por Granada de la mano,
entre la piedra y la palabra.
Detrás, los palacios:
los azahares abiertos de noches remotas,
naranjas color naranja
Delante, el camino:
Detalle de los azulejos de los Palacios Nazaríes
-y su luz en ese preci(o)so momento-
La Alhambra, Granada. Marzo de 2011
el azar abierto de días próximos,
los soles y sus edades

2 comentarios:

J. A. dijo...

Bien parece que esas palabras capten la esencia de la Granada mítica (o, al menos, un cachito de esa esencia)... me gustan porque yo la he visto alguna vez de ese modo, aunque tan poliédrica como se muestra, bien es verdad que también la he visto de otros. La foto... tiene un 10 (que para eso la morisma se inventó el cero)... y esa piedra, que aparece junto a la palabra, imagino que además de piedra será bermeja, o no?

ND dijo...

Ojalá uno tuviera tiempo (y sabiduría) para ver todas las caras del poliedro...apenas camina por ahí unos pasos de todos los posibles, y supongo que uno escribe (o fotografía o esculpe o camina o habla) un poco para eso, también: para recordarlo. Y para recordar cómo lo vivió (esa brevísima e imposible parte del todo)
Me alegro que te guste, en cualquier caso

(a mi también me encanta la foto; me parece muy parlanchina y cada vez que la miro me regodeo en el hecho de haberla visto. La modestia la dejé en mi otro pantalón, sí, no me interesa)

A ver cuando vemos letras poliédricas de Granadas o Tarifas por el camino, eh?. Sería divertido y bueno para la vista. Aunque seguramente una visión así sería un problema para cualquier oculista que se respete... (es que me imagino los lentes y...nada, soy un caso perdido)

Gracias por la visita
Besos!